
Tratamientos antienvejecimiento para hombres
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Con la edad se pierde grasa facial, lo que acentúa el aspecto demacrado y da sensación de senectud. Éstos síntomas pueden corregirse con la lipoestructura facial, que es una técnica quirúrgica que consiste en modificar el volumen de ciertas zonas del rostro con rellenos de grasa autóloga en los que se trasplantan células grasas vivas de una zona donante, donde sobran, a una zona que recibe, en la que faltan o se desean en mayor volumen (en este caso la cara). La extracción del tejido de la zona donante se hace mediante la técnica de liposucción asistida por agua de Body-Jet, y se purifica mediante un sistema cerrado que optimiza la supervivencia del 90% de las células y con ello el resultado del relleno. Los resultados son permanentes y muy naturales.
Con la edad se pierde grasa facial, lo que acentúa el aspecto demacrado y da sensación de senectud. Éstos síntomas pueden corregirse con la lipoestructura facial, que es una técnica quirúrgica que consiste en modificar el volumen de ciertas zonas del rostro con rellenos de grasa autóloga en los que se trasplantan células grasas vivas de una zona donante, donde sobran, a una zona que recibe, en la que faltan o se desean en mayor volumen (en este caso la cara). La extracción del tejido de la zona donante se hace mediante la técnica de liposucción asistida por agua de Body-Jet, y se purifica mediante un sistema cerrado que optimiza la supervivencia del 90% de las células y con ello el resultado del relleno. Los resultados son permanentes y muy naturales.
Se trata de una técnica que nos permite aportar volumen a zonas del rostro, utilizando la grasa propia del paciente, extraída de una zona donante, como material de relleno. Este procedimiento de infiltración tiene muy buenos resultados ya que se restaura y se remodelan los volúmenes faciales con materia autóloga del propio paciente. Los pasos para esta intervención serían los siguientes:
Es inevitable que soplar un número significativo de velas en la última tarta de cumpleaños suponga una atrofia de la grasa facial. Este fenómeno asociado al envejecimiento – aunque también a otras circunstancias como la pérdida masiva de peso-, que se da principalmente en las mejillas, es lo que nos acentúa las bolsas de los ojos y nos da un aspecto “demacrado”. Para paliar esta atrofia existen dos técnicas: el microinjerto y el nanoinjerto de grasa. En la primera se extrae grasa de una zona donante (por ejemplo de los flancos o debajo del ombligo) y se injerta en una zona receptora, en este caso la cara, para dar volumen. Para el nanoinjerto se extraen células mesenquimales entre las que se hallan células madre, que se inyectan en la zona que las necesita sin dar volumen, solo con la finalidad de regenerar la piel (es el mejor tratamiento con el que se consigue eliminar lo oscuro de las ojeras). El nanoinjerto de grasa también sirve para corregir pequeñas arrugas ya que contiene la fracción vascular estromal (que es una agrupación de células presentes en todo el organismo, que tiene el talento de regenerar los tejidos perjudicados ya sea por lesiones por el envejecimiento y el desgaste celular).
Hay diferentes métodos para succionar la grasa localizada en la zona donante, pero todas se basan en el mismo principio: hay que infiltrar una solución con suero, anestesia y vasoconstrictores mediante una cánula en el tejido subcutáneo y acto seguido se liposucciona con una cánula de aspiración toda la grasa excesiva localizada. Sin embargo, con la nueva técnica Body-jet el proceso de infiltración se realiza de manera simultánea al de aspiración, por lo que acortamos el tiempo quirúrgico, entre otras múltiples ventajas.
La grasa necesaria para realizar la intervención es purificada para su posterior infiltración en la zona receptora. Con WAL (Water Assisted Liposuction) conseguimos la viabilidad del 90% de las células, lo que supone un gran avance en cuanto a los resultados de la intervención de transferencia de grasa.
Es una técnica segura y duradera, mínimamente invasiva en comparación con los sistemas tradicionales de liposucción. En primer lugar, para obtener la grasa necesaria para el relleno, se inicia el proceso anestésico (normalmente anestesia local, aunque dependerá del paciente y de la cantidad de grasa necesaria). Acto seguido, se aspira la grasa, a la misma vez que se separan los tejidos y se infiltra la solución necesaria. Que este proceso sea simultáneo, nos permite acortar notablemente el tiempo quirúrgico, así como evitar los daños derivados de la extracción de las células grasas de manera mecánica. Las zonas de las que se suele extraer esta materia son abdomen, cara interna de los muslos y rodillas, trocánteres (cartucheras) y papada.
A continuación, se infiltra la grasa depurada en el área deseada, en plano intramuscular y subcutáneo mediante incisiones mínimas, que llegan a ser prácticamente invisibles. En lipofilling facial, no es necesario el uso de vendajes ni prendas de presoterapia.
Con la lipoestructura facial para hombres se mejoran las proporciones de la cara, con un efecto muy natural. Es un método de rejuvenecimiento muy eficaz para redistribuir los volúmenes faciales, se manera que se disimulan las arrugas, ojeras y otro tipo de imperfecciones y asimetrías.
Tras el injerto de grasa es recomendable seguir varias pautas:
Evitar movimientos bruscos y golpes en la zona que se ha tratado
Podrían darse algunas molestias en la cara tras la técnica pero desaparecen a los pocos días
Sensación de hinchazón en la zona
Los resultados definitivos pueden verse transcurridas los 3-4 meses de la intervención
Evitar coger peso los primeros días posteriores a la intervención
Seguir las recomendaciones del equipo médico
Acudir a las revisiones indicadas por el especialista