Llevamos años escuchando sobre investigaciones que giran en torno a eso que llamamos células madre, pero
¿qué son, dónde están y para qué se utilizan las células madre?
Las células madre son células capaces de convertirse en células con funciones especializadas. Por eso también se llaman pluripotentes. Hay células madre adultas, y células madre embrionarias, que son las que se han llevado toda la fama con el auge de congelar las que contiene el cordón umbilical con la finalidad de poder utilizarlas en el futuro si se requiere regenerar algún tejido dañado por cualquier patología.
Pero, las células que utilizamos en nuestro campo, el de la medicina regenerativa, no son esas células madre. Se trata de células mesenquimales extraídas de la grasa de una persona adulta. Hasta ahora, para extraer células mesenquimales de una persona, había que hacerlo en procesos complejos de laboratorio, a partir de la médula ósea o de la sangre. Sin embargo, la cantidad de células mesenquimales que se hallaban a partir de esas materias no eran ni la mitad de la mitad de las que conseguimos mediante la grasa del propio paciente.
Este uso de la grasa es el último eslabón en lo que ya habíamos enunciado como la liporrevolución: una época en la que la grasa que extraemos a los pacientes mediante liposucción ya no se tira, sino que se reutiliza con fines diversos, entre ellos el de extraer la fracción vascular estromal, con un alto contenido de células madre con las que se pueden tratar patologías como la osteoartritis, la isquemia miocárdica, úlceras complejas, esclerosis múltiple, EPOC, fibrosis pulmonares y renales, pieles radiadas, etc.
La SVF (fracción vascular estromal) se puede extraer de la grasa independientemente de cuál fuera el sistema de extracción, pero Agualipo es el único método que existe en la actualidad en que el circuito es completamente cerrado y estéril. Podemos sacar ese cóctel concentrado en menos de 45 minutos y en unas condiciones de trazabilidad impecables cuando conectamos el dispositivo Qgraft a nuestro liposuctor. La viabilidad celular está garantizada, y, aunque aún nos hacen falta ensayos con muestras representativas de población, los casos tratados hasta ahora han sido todo un éxito.
Estamos en el camino pero en una etapa temprana. De momento tenemos la capacidad de aislar este tipo de células e infiltrarlas en plano subcutáneo para renovar células dañadas y tratar diversas patologías, regenerar algunos tejidos o frenar dolores crónicos.
Los resultados están siendo muy satisfactorios y se prevé que este tratamiento será el pilar base de la medicina regenerativa durante bastante tiempo.